La Ciudad de México es una de las urbes más ricas de América Latina, pero millones de sus residentes aún viven sin acceso a agua caliente, gas o electricidad para cocinar. La falta de servicios básicos o pobreza energética tiene múltiples impactos en las personas, tanto en su bienestar, calidad de vida, salud y desarrollo.
Extender los servicios básicos de energía, sin aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero, es uno de los grandes desafíos que enfrentan los países en todo el mundo. La capital mexicana no es la excepción, en especial considerando que está sumergida en una sopa de su propia contaminación. En ese contexto, el gobierno de la Ciudad de México está buscando uno de los mayores recursos de la región para resolver el problema: el sol.
La luz y calor emitidos por el sol constituyen una fuente de energía renovable de alto potencial. De hecho, el gobierno espera que su programa Ciudad Solar – que incluye donaciones de calentadores solares a nuevas viviendas - le permita reducir la pobreza energética y, al mismo tiempo, mejorar los notorios niveles de contaminación del aire en la capital.
Si bien el gobierno de la Ciudad de México ha promovido la energía solar desde 2018, el gobierno federal ha promovido políticas a favor de los combustibles fósiles, en desmedro del desarrollo de la energía renovable durante los primeros cuatro años de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Mientras tanto, un sinnúmero de personas necesitan no solo una solución urgente para disminuir la contaminación, sino también medidas que les permitan obtener energías limpias para cubrir sus necesidades básicas. Las razones para mirar al sol en el siguiente reportaje.
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