Hay dos obstáculos que, al parecer, son muy comunes entre quienes necesitan crear contenidos: “la falta” de creatividad y el poco tiempo disponible.
En la edición de hoy te hablaré del primero.
Antes de entrar en materia, quiero decirte algo: aunque todos somos creativos (y de eso estoy convencido), es cierto que unas personas son más creativas que otras.
Pero, ¿por qué ocurre esto? En mi opinión, por la práctica diaria de su oficio.
Si dibujas todos los días, serás mejor dibujante.
Si practicas con la guitarra cada día, es muy probable que, en unos meses, seas capaz de tocar el instrumento con soltura y puedas improvisar.
Si escribes todos los días, aunque sea una reflexión personal que sólo la leerás tú, pronto se te soltará la mano (si esto lo acompañas con la lectura habitual de libros, desde luego).
Tu creatividad será más potente si a lo anterior le añades la observación. Debes tener siempre tu radar encendido para detectar oportunidades.
Ajá, ¿y qué tiene que ver toda esta introducción con tu negocio?
Pues, mucho.
Algo que me ha servido a mí (y que he aprendido a martillazos) es anotar todo.
Las fuentes que alimentan ese sistema son muy variadas, desde una experiencia personal, hasta los comentarios en redes sociales.
En tu negocio tienes una fuente inagotable de ideas, que puedes convertir en contenidos para tu blog, redes sociales, emails, videos, etc. Sólo debes prestar atención a lo que dicen tus clientes: sus dudas, quejas, problemas para usar un producto o servicio, aspiraciones, en fin, todo eso que llamamos “puntos de dolor” .
Si tu negocio tiene mucho tiempo de establecido, la tienes aún más fácil. Pero si estás comenzando, te doy un dato: busca videos en YouTube relacionados con tu sector y mira los comentarios. ¡Son una mina de oro!
Todo ese conocimiento necesitas organizarlo en algún lugar. Yo guardo todas las ideas en una hoja de cálculo de Google, colocando incluso la fecha de registro. Pero tú puedes usar lo que mejor te funcione: Excel, Word, Notion, etc.
Con este sistema básico, nunca te quedarás sin ideas. Además, a los contenidos ya publicados puedes darles la vuelta para crear cosas nuevas: nuevos enfoques, nuevos formatos.
Recuerda esto: el contenido es líquido.
|