Este acertadísimo hilo de Corti refleja muy bien uno de los principales problemas que afrontamos las empresas dedicadas en cuerpo y alma a la creatividad.
Si yo noto la ausencia de alguien de mi equipo (en este caso de Alex), es principalmente por el hecho de que hablamos mucho, nos damos feedback constante, opinamos de todo lo opinable dentro de microbio, discutimos (también mucho) y, en definitiva, somos mejores profesionales trabajando juntos.
Pero me llevo las manos a la cabeza cuando veo que no todos los que trabajan en esto (diseñadores, desarrolladores, escritores y también clientes) lo llevan tan bien. Es más, me aventuro a decir que el sector, así en general, lo lleva regular.
Vivimos días en los que "la creatividad colaborativa" es el fin común.
La pandemia ha acelerado el proceso y herramientas como Miro, Figma, cualquier tool de Google o Microsoft, empoderadas por plataformas como Discord, Twitch o la reciente Clubhouse, están transformando al fin el añejo ego de los profesionales creativos en un día a día de trabajo compartido. Compartido para que otros opinen, piensen sobre tu trabajo y te den información de valor para mejorarlo.
Es una ola que debemos surfear.
Debemos compartir más. Y escuchar mejor.
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