Eso que no hacemos nunca es recomendarte un libro sin haberlo leído antes, por lo menos no sin haberlo leído lo suficiente.
Hoy nos saltamos esa norma. Acaba de llegar A sus negras entrañas, de César Martín Ortiz, y te invitamos a descubrirlo. Estamos deseando que llegue el fin de semana para leerlo a gusto. Leerlo como lectores, perdiendo el sentido del tiempo, si es que eso es posible para unos libreros asediados por las novedades.
¿Todo esto por qué? Primero porque leímos su novela Necrosfera y nos dejó locos. Una trama distópica llena de imaginación y con un lenguaje exuberante en su precisión. Te hacía exclamar: qué bien escribe este hombre en español y cómo se asoma a las zanjas de la condición humana.
Y quien escribió aquello no puede escribir nada que no sea bueno, y lo ratificamos con sus relatos Cien centavos y su novela De corazones y cerebros.
Así que de ahí viene nuestra anomalía recomendadora de hoy. Pero no es la única anomalía.
Anómalo es también que alguien muera a los cincuenta y dos años. César nació en Salamanca, aquí estudió Letras y se dedicó a enseñarlas en un instituto de Jaraíz de la Vera. Salvo un par de poemarios y libros de relatos, no publicó nada más hasta que nos dejó en 2010.
No sabemos por qué, pero en determinado momento decidió que iba a escribir solo para él, que toda su obra iba a quedarse en un cajón. Le daba la espalda a los deberes de un escritor: el juego editorial, el público lector. Esos pactos.
Dice el narrador de una de sus novelas: “que publicar pensamientos o novelas tiene algo de banal, es inferior a escribirlos, y que escribirlos también es inferior a pensarlos. Que escribir y publicar son actos de reciclaje respecto a pensar e imaginar: algo que se hace con fines distintos y cuyo resultado también es distinto, más gris y menos fino”.
La cita puede servirnos de pista de su voluntario ostracismo editorial.
Anómalo también es que una pequeña editorial de Tenerife, Baile del Sol, esté editando a contracorriente toda su narrativa inédita. “Tiene una vigencia enorme y es totalmente cañero desde el punto de vista social, que es una línea que trabajamos. Cuando conocimos su obra, nos quedamos impresionados”, nos decía al teléfono esta mañana el editor Tito Expósito.
Anómalo es también –o debería ser– que una literatura así, tan libre, tan radical, no esté recibiendo el reconocimiento público y crítico que creemos que merece. Recordamos leer en Babelia un artículo de Martínez de Pisón poniendo Necrosfera por las nubes, y eso es todo.
Así que no se hable más. Más que una recomendación es una invitación al descubrimiento. Para eso sirven estas cartas y estas librerías, para empujar a libros como estos. Si te sumas al movimiento ya nos contarás qué tal.
Aquí tienes A sus negras entrañas.
Lo que no es anómalo es que te enviemos un saludo, y te lo enviamos.
PD: César Martín Ortiz y Manuel Díaz Luis, quizá los dos mejores narradores salmantinos nacidos después del cincuenta. Los dos murieron muy jóvenes. Hoy ha muerto también Franco Battiato, otro fenómeno.
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