La Corporación Nacional del Cobre de Chile (CODELCO) anunció esta semana, con bombos y platillos, que el salar de Maricunga sería “el segundo mejor del mundo después del Salar de Atacama”, en términos de la concentración de litio conocida a nivel mundial. En paralelo, se han encendido las alarmas en Bolivia debido a la falta de transparencia sobre los nuevos planes del gobierno para esta industria, mientras se habla de que Argentina superará a Chile en la producción de litio en 2035.
Hoy todos y todas hablan de litio, y llueven las noticias atiborradas de estimaciones y sabrosos datos económicos para países ávidos de ingresos e inversiones.
Es de esperarse, pues los denominados “minerales críticos” son aquellos minerales de gran importancia económica para una industria, país o área geográfica en particular y que están en riesgo de escasez de suministro. También son claves para la transición energética que busca mitigar los impactos de la crisis climática. Y es que estos minerales – que incluyen al litio, cobre, manganeso, níquel, cobalto y grafito - son usados para la fabricación de aparatos electrónicos, vehículos eléctricos y algunos dispositivos indispensables para la generación de energías renovables.
Como destaca el informe “Minerals for climate action”, del Banco Mundial, “una acción climática ambiciosa traerá consigo una importante demanda de minerales. Limitar el calentamiento global a 1,5°C - 2°C o menos, para lograr un futuro con bajas emisiones de carbono, requiere una transición a gran escala hacia energías limpias”. Por lo mismo, instituciones como la Agencia Internacional de Energía proyectan que la demanda de minerales para tecnologías energéticas limpias se cuadruplicará de aquí a 2050.
Esto ha puesto el foco en el llamado “Triángulo del litio”, una zona geográfica que abarca Chile, Argentina y Bolivia, y que posee alrededor de 60% de las reservas de litio a nivel mundial.
Pero, como todo en esta vida, el asunto no es para nada fácil. Además de la escasez de estos minerales, que le valen su apellido “crítico”, los modelos que rigen a la economía - y minería - actual están en tela de juicio por sus impactos en la biodiversidad y en las comunidades locales. De hecho, en el mismísimo salar de Maricunga - el segundo mejor del mundo, según CODELCO - ya existen conflictos entre la minería y las comunidades colla que buscan proteger su territorio, sustento y formas de vida, algo que se repite en Bolivia y Argentina ante una transición energética con luces y sombras.
Después de todo, el respeto de los derechos humanos ambientales y la conservación de la naturaleza - y de humedales como los salares - también son fundamentales para enfrentar la crisis climática y ecológica.
Por este motivo, Climate Tracker y Periodistas x el Planeta lanzamos el proyecto “Historias de litio y minerales críticos”, que busca capacitar, acompañar y financiar a 9 periodistas de Argentina, Chile y Bolivia para la publicación de historias sobre la extracción de litio y otros minerales críticos en Sudamérica. Y ojo, ¡extendimos el plazo de postulación hasta este domingo 4 de junio!
Lo que está pasando en Sudamérica requiere de especial atención, así como un debate responsable, participación informada y mucha democracia ambiental. Por eso es clave el periodismo climático, para escapar del típico sesgo económico de los medios tradicionales que sólo nos muestran una cara de la moneda.
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