De un tiempo a esta parte, vender en Amazon se ha convertido en una gymkhana cara.
El otro día leía la reflexión del vendedor de juguetes americano Molson Hart donde explicaba sus razones para dejar de invertir en Amazon y centrarse en otras plataformas. Es un "hasta aquí hemos llegado", de alguien cuya facturación depende en un 80% de Amazon, así que imaginaos hasta qué punto está harto el tipo.
Y le entiendo perfectamente. Yo mismo me doy cuenta, cuando trabajo con clientes, que entender Amazon y todo lo que implica a nivel de gastos, nuevos fees, encaje de bolillos de inventario, creación de campañas de publicidad, optimización de pujas y de ratios de conversión, funambulismo avanzado para no incurrir en ninguna penalización por mala performance... es que es un doctorado en si.
Cuando le explicas a alguien cómo es vender en Amazon desde 0 y empiezas con que si la Buy Box, los 200 tipos de promociones disponibles, que si el registro de marca, que si A9 y las roturas de stock, que si pasado mañana te cierran una ficha de producto o que si la abuela fuma, lo más normal es que se asuste y se vaya a otro lado.
En USA, los Sellers tienen una alternativa clara, más barata, en crecimiento e infinitamente más simple: Walmart.
En España, tenemos muchísimos Marketplaces alternativos, pero ninguno le llega a la suela del zapato a Amazon y a su facturación de +6.000M€ anuales.
Vender en Amazon cada vez cuesta más esfuerzo y más dinero pero, de momento, no hay un plan B. De lo que estoy seguro es de que, el día que ese plan B exista, habrá una fuga importante de vendedores y de pasta de Amazon.
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