¡Buenos días, profe! 👋 ¿Cómo estás?
Finalizada la semana de Carnaval, volvemos a la rutina. El otro día, haciendo la programación para las oposiciones, me di cuenta de que el curso estaba casi acabado. "Venga Isaac, no exageres que estamos en febrero todavía". Es cierto, pero no queda nada.
Esta semana, debido a la celebración del Carnaval, he pensado en la importancia del equipo educativo de un centro, incluyendo en él a toda la comunidad. Me explico.
En el colegio, martes, miércoles y jueves, los reyes y reinas del Carnaval establecieron unas consignas que todo el mundo tenía que cumplir: vestirse de un solo color, llevar un peinado loco y pintarse la cara.
El segundo, tercer día y el propio día de Carnaval, la oficina de Laura, la conserje, se convirtió en un salón de belleza y maquillaje. Todos y todas las profes, casi sin excepción, pasábamos por allí para que nos pintase, nos hiciese un peinado o incluso nos disfrazase. Tendríais que haber visto el viernes entrar a Laura en el colegio con veinte bolsas, las cajas del maquillaje, gorros, abrigos y complementos para disfrazar a unos y a otros. Ella es la reina del Carnaval en el cole.
Ella, o así lo considero yo, es la piedra angular que hace de estos días especiales y que, si no estuviese, el Carnaval sería mucho menos colorido, creativo y divertido.
Y entonces, ¿quién abrió el colegio? ¿quién hizo las tareas de conserje durante esos días a primera hora de la mañana? Nosotros y nosotras, las profes. Trabajamos como un equipo, supliéndonos los unos a los otros. Esa es la importancia del equipo educativo del centro, colaborar y apoyarnos.
¡Vamos al lío!
PD: Os presento a Laura. Así de guapos íbamos
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