Si no sanamos el clima, volveremos a enfermar
La pandemia de COVID-19 ha vuelto a cuestionar nuestra relación con los animales salvajes. La ONU ha centrado su atención en los mercados húmedos de Asia, en los que se comercializan multitud de especies vivas. En El Confidencial hemos leído cómo estas prácticas son un caldo de cultivo para futuras pandemias. No en vano, el 70% de las enfermedades humanas son zoonosis, es decir, tiene origen animal.
Una parte de la comunidad científica cree que es el momento de regular estos mercados y, sobre todo, acabar con el tráfico ilegal de especies. En este reportaje de la Agencia Sinc detallan cómo estas medidas podrían mejorar nuestra salud y proteger la biodiversidad del planeta. Sin embargo, otros expertos argumentan en The Conversation que una prohibición total del comercio de animales salvajes no es la solución porque puede favorecer el tráfico ilegal.
La naturaleza y la biodiversidad son nuestra mejor barrera contra las zoonosis. En ecosistemas estables y funcionales, los animales están más sanos. Así que, si no sanamos el clima, volveremos a enfermar.
Dos curiosidades más sobre biodiversidad:
El confinamiento reduce las emisiones, pero…
Muchas líneas de trabajo para estudiar el cambio climático se han frenado estos días.
En National Geographic y en el Foro Económico Mundial hemos visto cómo las emisiones de gases de efecto invernadero se han desplomado mientras medio mundo está confinado. Aun así, la responsable del programa de la ONU para el medioambiente advierte que no es momento de lanzar las campanas al vuelo. Debemos trabajar por un modelo económico que funcione para el medioambiente y para las personas.
Mientras tanto, la lucha contra el cambio climático se ha ralentizado. La COP 26, la cumbre del clima llamada (otra vez) a conseguir unos acuerdos definitivos, ha sido pospuesta por la crisis de COVID-19. La que iba a ser la sede de la cumbre en Glasgow (Reino Unido) se ha convertido en un hospital de campaña.
En Nature hemos leído cómo la crisis ha afectado también al trabajo del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), la mayor institución científica que investiga el clima. Además, la Organización Meteorológica Mundial (WMO) ha explicado que la recogida de datos sobre el clima (para vigilancia y predicción) se ha visto seriamente afectada por el bajón de los vuelos comerciales y las medidas de confinamiento.
En The Economist (artículo bajo registro) hemos leído cómo la pandemia puede servir de oportunidad para replantearnos qué estamos haciendo con el aire de nuestras ciudades. Y en The Conversation señalan que la forma en que nos movemos va a cambiar para siempre. ¿Caminaremos más?
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