¡Hola! Bienvenida o bienvenido a esta entrega de Uveúno, la penúltima de esta temporada. Soy Ernesto Jiménez y cada dos semanas mando esta newsletter en la que viajamos juntos por el mundo de la creación de contenidos digitales, la innovación y la creatividad. Hoy vemos la presión de las creadoras y creadores de contenido.
Lo hemos dicho tanto en Uveúno como en el blog, el estrés mata la creatividad.
La presión de crear contenido a diario está acabando con la diversión que los creadores experimentaban al principio de sus carreras.
Pero el desgaste puede llegar por otros caminos que no teníamos en el radar. Como el que produce el exceso de exposición. Lo hemos leído en la newsletter de Simon Owens.
How the social platforms cause creator whiplash (Simon Owens, 2021)
Toda plataforma social necesita llegar primero a muchas personas (alcance) y aumentar la retención después (engagement). Si el pilar de ese producto es el contenido generado por los usuarios, como pasa con las redes sociales, para lograr ambos objetivos los responsables de producto van a necesitar mostrar el mejor contenido posible.
Se puede conseguir de forma automática mediante el desarrollo de algoritmos, o manual, con la intervención humana de editores.
En su versión más básica el algortimo rastrea el contenido acumula más interacciones, tanto en valores absolutos como variaciones bruscas en cortos periodos de tiempo (señales de que algo interesante está ocurriendo).
La selección editorial manual implica una serie de personas filtrando (aka curando) contenido. Cuando ven algo relevante y/o alineado con la estrategia definida dan más peso a ese contenido.
El resultado de ambos procesos es el mismo: unos contenidos reciben de repente una atención que parece desproporcionada en comparación con el número de seguidores o los contenidos anteriores.
Esta exposición, en plataformas con millones de usuarios, puede hacer que un usuario pase a recibir la atención de miles de personas de un día para otro. ¿Ideal, no? No. Obviamente todos los creadores van a querer más difusión, es la recompensa ante tantas horas puestas tras la cámara o el teclado o el micrófono, el problema es que esta atención es efímera. Los algoritmos y editores igual que te ponen bajo el foco, te sacan. Un día tus contenidos llegan a millones de personas y a las semanas llegan solo a miles o a cientos. El problema se acrecienta cuando es el creador el que se cree responsable de esta bajada de números: ¿estaré haciendo algo mal? Cuando en realidad nada tiene que ver con su trabajo.
Lo hemos visto en plataformas como TikTok o LinkedIn, en los que ha habido una época en la que había muchos usuarios y no tanto contenido. Para evitar estas caídas es interesante capitalizar la atención y diversificar: difundir tu contenido en diferentes plataformas y tener una estrategia de canales propios (tu sitio web, tu newsletter...)
La constancia y hacer crecer las audiencias son elementos clave en la creación de contenidos pero más importante es disfrutar del proceso. Creo que esto sirve tanto para áreas creativas como para cualquier cosa en la vida.