Llegamos al último día oficial de operaciones en la soleada y seca Sharm el-Sheikh.
Luego de un largo retraso, esta mañana salió al mundo el primer borrador del cover text de la COP27, con el que los mandatarios deberán trabajar en un plazo ajustado. En los pasillos ya se dice que la conferencia debería extenderse hasta el sábado y quizás hasta el domingo.
Con diez páginas, el borrador deja abiertos puntos importantes, como el tan comentado financiamiento para pérdidas y daños, que desde el inicio de la COP ha sido anunciado como el tema más espinoso. Eran cerca de las 11 de la noche de ayer, hora local, cuando aparecieron mensajes en los teléfonos celulares de los periodistas en Sharm el-Sheikh advirtiendo que finalmente había un primer borrador específico sobre el tema, que incluye tres opciones de resultado. La primera y más ambiciosa, que corresponde a la posición de la coalición de bloques formada por G77+China, Aosis, LDCs y Ailac, es la constitución inmediata de un fondo de pérdidas y daños para ayudar a los países en desarrollo “particularmente vulnerables al cambio climático”. El segundo deja para la COP28 el establecimiento de arreglos financieros “nuevos y mejorados” con vistas a la creación de un fondo. La tercera, la menos ambiciosa y equivalente a la voluntad de los países desarrollados, especialmente Estados Unidos, es precisamente la creación de estos nuevos arreglos financieros en la COP28, sin mencionar la palabra “fondo”. Según un observador que sigue las negociaciones, la necesidad de enumerar alternativas indica que "las cosas siguen divididas".
Los países en desarrollo, sin embargo, muestran señales de que no están dispuestos a salir de Egipto sin algo concreto en sus manos. Unidos, subieron aún más el tono en la conferencia de prensa ayer por la tarde. "Cualquier cosa menos que establecer un facility en la COP27 es traición", dijo el Ministro de Salud, Bienestar y Medio Ambiente de Antigua y Barbuda y chair de AOSIS, Molwyn Joseph. Anteriormente, en nombre del G77+China, la ministra de Cambio Climático de Pakistán, Sherry Rehman, había dicho que "la justicia climática retrasada será una justicia climática negada".
Ante el estancamiento de las negociaciones, quien ha tomado protagonismo en los últimos días por aquí ha sido el presidente electo de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien movilizó a pequeñas multitudes en la Blue Zone durante sus comparecencias y animó a la comunidad internacional con la promesa que “Brasil está de regreso” en la agenda climática después de cuatro años del gobierno negacionista de Jair Bolsonaro, quien hasta el 1 de enero se mantiene en el poder y ni siquiera asistió a una conferencia climática.
Sin embargo, el “Lulapalooza” de la COP27 no fue solo excitación. En su discurso, el presidente expresó su apoyo a la creación de "mecanismos financieros para remediar pérdidas y daños causados por el cambio climático", un debate impostergable, según dijo.
También prometió exigir el cumplimiento de la meta de financiamiento de los países ricos a los pobres. “Me gustaría recordarles que en la COP15, en 2009, los países más ricos se comprometieron a movilizar 100 mil millones de dólares al año a partir de 2020 para ayudar a los países menos desarrollados a enfrentar el cambio climático”, recordó. "Han pasado dos años desde entonces. No sé cuántos representantes de los países ricos están aquí, pero mi regreso es para cobrar lo que prometieron".
También criticó la no implementación de las decisiones tomadas bajo la CMNUCC y el Acuerdo de París. "Hay que discutir con los países ricos acuerdos que no salgan del papel, no podemos prometer y no cumplir", afirmó. "Es hora de actuar. No tenemos tiempo que perder. No podemos vivir más con esta carrera hacia el abismo". En los próximos días sabremos si se cumplirán los pedidos de Lula y de quienes lo aplaudieron masivamente.
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