Comencemos por concepto de autorreflexión. En el boletín me voy a referir a esta idea como la reflexión que hacemos sobre una acción, proceso, aprendizaje o información. Es decir, el establecimiento de un diálogo con nosotros mismos (aunque no siempre) que cuestiona, analiza y obtiene conclusiones sobre un aspecto o hecho determinado.
Este "pensar interno" nos ayuda a modificar nuestros esquemas mentales previos y, a partir de ellos, crear unos nuevos. Estos nuevos esquemas mentales y la información duradera se genera mediante el establecimiento de conexiones entre ideas.
Por esta razón, en el aula, es tan interesante e importante establecer puentes entre áreas (muchas veces con el ABP) y evocar los aprendizajes previos para, a partir de ellos, presentar y trabajar los nuevos conceptos. De esta forma es mucho más fácil para el alumnado crear y modificar estas relaciones entre ideas y aprendizajes.
Ahora bien, ¿la metacognición es tan solo un diálogo interno con nosotros mismos? No. Es más, yo diría que al principio es mucho más útil hacerla con otra persona que, consciente o inconscientemente, nos puede ayudar mediante preguntas como: ¿Por qué hiciste esto? ¿Cómo lo hiciste? ¿Es importante este aspecto? ¿Qué puedes hacer después? ¿Podría ser mejor hacer esto?
Nosotros y nosotras, como docentes, les podemos ofrecer guías o ejemplos de preguntas que pueden realizar a su compañero/a sobre una actividad, tarea o aprendizaje concreto.
Y en nuestro caso, como docentes, por supuesto que también podríamos/deberíamos establecernos unas preguntas que nos ayuden a analizar si una actividad o dinámica ha sido adecuada, en qué ha fallado, por qué y cómo lo podemos evitar la próxima vez. Esto, sin duda, nos ayudará en próximas planificaciones y nos ayudará a mejorar nuestra práctica, como muchos/as comentáis en este tweet o como el propio @joseluisserrano ha podido vivenciar con esta práctica.
|