CHINA Y LA (NO) AMBICIÓN CLIMÁTICA
Durante los últimos siete días, China ha celebrado el encuentro anual de su Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo del país (al menos, sobre el papel). El objetivo ha sido presentar y aprobar el plan quinquenal 2021-2025, el número 14 en la historia del gigante asiático. En materia medioambiental, el Gobierno chino ha presentado dos objetivos claros.
El primero es disminuir un 3 % el consumo energético por cada unidad del producto interior bruto (PIB) este mismo año. El segundo, reformar el sistema para que la energía de origen no fósil represente el 20 % del total en 2025.
Las palabras elegidas para cada objetivo pueden parecer enrevesadas, pero no se han dejado al azar. Y es que esta hoja de ruta servirá para ralentizar el aumento de las emisiones de CO2, pero no para reducirlas.
Al ligar el objetivo de emisiones al PIB, si la economía china crece (como está previsto), el consumo de energía seguirá aumentando. Además, producir el 20 % de la energía con fuentes no fósiles (incluyendo tanto nuclear como renovables) no será suficiente para cumplir los compromisos del Acuerdo de París.
Con los planes presentados esta semana, las emisiones de gases de efecto invernadero de China seguirán creciendo, como mínimo, hasta 2025. A pesar de los nuevos compromisos, el mayor emisor del planeta no parece tener prisa para alcanzar su pico máximo de emisiones antes de 2030.
China es el mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo. Quiere vender casi dos millones de coches eléctricos este año y se ha propuesto que el 50 % de los vehículos vendidos en 2035 sean de este tipo.
Gerhard Adrian, presidente de la Organización Meteorológica Mundial, duda que sea posible mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados (el objetivo del Acuerdo de París).
Buena parte de la población de Mississippi, en Estados Unidos, sigue sin agua potable cuatro semanas después del temporal de frío que congeló el sur del país.
|