¿LOS PULMONES DE LA TIERRA?
El Amazonas nunca ha sido un pulmón del planeta. Los pulmones consumen oxígeno y expulsan dióxido de carbono. Por muy poética que resulte la expresión, los bosques son, en realidad, sumideros de carbono. O, al menos, así ha sido hasta ahora. Cada vez más señales nos indican que las grandes masas forestales están empezando a producir más CO2 del que consumen.
La habilidad de los ecosistemas para mitigar nuestros excesos parece reducirse. En el Amazonas, el aumento de las temperaturas, la deforestación y los incendios estarían detrás de este cambio en el ciclo del carbono.
EL SILENCIO DE LOS OCÉANOS La situación en los mares del planeta ha sido bastante estable en los últimos 12.000 años. Desde la última edad de hielo, apenas ha habido cambios en las corrientes y las temperaturas medias, una estabilidad de la que los seres humanos nos hemos beneficiado más que ninguna otra especie. Hasta ahora.
En la región ártica, las consecuencias del cambio climático son evidentes. Cambios en las poblaciones de salmones y caribúes, desaparición del permafrost, incendios más virulentos… Un macroestudio desarrollado por 600 investigadores y liderado por la NASA pone cara a las muchas vulnerabilidades del Ártico.
En los últimos meses, las autopistas del mar han estado más vacías a causa del confinamiento. Desde enero, el ruido marino asociado al transporte marítimo se ha reducido un 15%. Oceanógrafos y biólogos están ante una oportunidad única de conocer mejor la relación (ya constatada) entre el silencio en los océanos y el estrés de las ballenas.
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