Los compañeros del SIB de CaixaBank, en su último comunicado, apuntan que circula una segunda plaga, además de la del Coronavirus, y es el agotamiento de la plantilla. ¡Y sólo estamos a primeros de febrero! En el caso de Bankia, constatamos que vamos a velocidad de crucero hacia el mismo resultado (¿deben de ser las famosas sinergias?), debido a la insana pretensión directiva de encargar esprints sin miramientos y, al mismo tiempo, pedir muchas otras tareas. ¿En qué quedamos? Si quieren pedir UN esprint, que lo hagan, pero lo que no es normal es pedir cuarenta cosas que deben estar hechas para ayer y, además, un par o tres de esprints. ¡Todo a la vez, no puede ser!
La presión comercial con la cual la dirección ha querido empezar el año no llevará a ninguna parte que no sea a salida de caballo y llegada de burro, porque la plantilla en algún momento no dará más de si. ¿Qué quieren? ¿Incentivar las bajas voluntarias para el próximo ERE a razón de más burnouts? Rogamos a los DZs que moderen la presión ejercida hacia los subordinados. No encontramos normal, por ejemplo, enviar media docena de correos de seguimiento de producción... ¡en dos horas! ¿Qué es esto, una especie de Carrusel Deportivo, minuto y resultado? Una de las competencias a valorar, recordamos, es: «¿Mantiene una actitud constructiva ante las dificultades o situaciones de alta exigencia, sin traspasar presión innecesaria hacia su entorno (propio equipo, otros equipos, compañeros, clientes, etc.)?» Por cierto, ¿ahora va a resultar que hay presión necesaria?
Con todo ello, no es de extrañar que el registro horario a 31 de diciembre (¡pendiente aún de facilitar a los sindicatos!) haya arrojado unas diferencias extraordinarias, por encima de las 1680 horas anuales (la jornada de Convenio Colectivo). Sobre las horas de más, una reflexión importante que todo el mundo tiene que hacer es que si la plantilla, POR NORMA, DE FORMA ORDINARIA, hace más horas de las pactadas como jornada, SOBRARÁN MÁS TRABAJADORES a la hora de hacer la reestructuración. Y esto será así independientemente del registro de las horas, con el agravante que, sin un registro horario que refleje la realidad tal como es, los sindicatos no podremos defender con fuerza los puestos de trabajo.
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Advertencia: llevar un registro horario que sea fiel reflejo de la realidad es un DEBER laboral de cada trabajador.
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