EL DECLIVE DE LOS GIGANTES
Hubo un tiempo, ya muy lejano, en el que los elefantes dominaban África y Eurasia. Hace alrededor de 30 000 años, desaparecieron los últimos ejemplares que habitaban en Europa, probablemente debido a la caza. En el Norte de África, duraron unos cuantos milenios más. Pero la obsesión del Imperio Romano con el marfil propició su extinción hace 2000 años.
Desde entonces, solo dos especies han sobrevivido en el continente africano: el elefante de bosque y el elefante de sabana. Su futuro, sin embargo, no es muy prometedor, y la causa vuelve a ser la misma. La caza furtiva motivada por el codiciado marfil y el aumento de la deforestación y las superficies para uso agrícola han provocado el declive del mayor mamífero terrestre que hoy puebla el planeta.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la población de elefantes de bosque se ha reducido un 86 % en las últimas tres décadas. La de los de sabana, al menos un 60 % en medio siglo. Ambas son especies protegidas desde 1989.
Tras revisar los datos, la UICN ha catalogado los elefantes de sabana como especie en peligro y los de bosque como especie en peligro crítico. Estiman, con información de 2016, que quedan alrededor de 415 000 ejemplares en libertad entre ambas especies. Las poblaciones más saludables se concentran entre Botsuana y Zimbabue.
|