Las pérdidas y daños fueron protagonistas de la pasada COP27. En comparación con los demás temas de la agenda, este ítem acaparó el 45% de las notas que analizamos en 50 medios de la región. Y no era para menos. En la pasada Conferencia de las Partes, los representantes de los países del mundo decidieron crear un fondo para la reparación de daños y pérdidas que ha causado la crisis climática en países particularmente vulnerables.
Por eso le pusimos un ojo a ese tema. Junto a Libélula y Radar Climático analizamos cuantitativamente 1.117 artículos publicados durante las dos semanas de COP, y luego profundizamos en 229 notas que tuvieron como foco principal el tema de pérdidas y daños. Esto lo hicimos en 50 medios de 13 países de América Latina y el Caribe.
El hallazgo más importante de esta investigación es que las agencias de noticias internacionales fueron las principales autoras de los contenidos publicados en los medios. Estas fueron las productoras del 62% de las noticias analizadas, y ese protagonismo de agencias como AFP, Reuters, EFE y otras; tuvo un impacto importante en la información que recibieron las audiencias latinoamericanas sobre la COP27.
Por ejemplo, una de las consecuencias de esta mirada fue que la persona más citada en el universo de notas analizadas fue Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea y uno de los actores clave en la negociación. La voz de este líder político fue tan prominente, que fue citada más veces que la suma de las apariciones de representantes políticos latinoamericanos.
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil; Maisa Rojas, ministra de Medio Ambiente de Chile, y Gustavo Petro, presidente de Colombia; fueron los líderes más importantes en la región en la cobertura de los medios.
Otro hallazgo importante de la investigación es que la gran mayoría de los medios no definió qué son las pérdidas y daños, sólo se mencionaba el término dando por sentado que las audiencias lo conocían y sabían de qué se trata. Mientras tanto, quienes sí lo definieron, usaron explicaciones simplistas en las que asociaban ese concepto con un fondo financiero o con términos como “espinoso asunto” y “vieja demanda”. Vale la pena aclarar que también hubo algunas publicaciones en las que sí se ofrecieron explicaciones amplias del concepto.
En cuanto a los encuadres o enfoques más utilizados, encontramos que los medios, agencias y periodistas miraban a la COP desde el punto de vista de un escenario de “batalla financiera”. Varios titulares y párrafos analizados incluían expresiones que denotaban una confrontación entre un bando denominado “países desarrollados” o “más contaminantes”, y otro llamado “países del sur global” o “en vía de desarrollo".
Finalmente, este análisis nos permitió concluir que las fuentes más consultadas por los medios analizados son los representantes políticos de los países, principalmente los europeos (38%), seguidos de los organismos internacionales (21%) y por los informes o reportes científicos (6.6%). En contraste, las voces menos protagónicas en las informaciones fueron las de representantes de las comunidades (1,7%), ONG (5,7%) y personas científicas o académicas (5.2%). A esto se debe agregar que las fuentes masculinas fueron citadas tres veces más que las femeninas, una brecha gigantesca.
Estos datos nos permiten pensar en que es necesario seguir fortaleciendo el periodismo climático para que la producción de información sobre política climática tome en cuenta cada vez más las voces de las comunidades afectadas por los impactos de la crisis climática, ofrezca explicaciones entendibles de los fenómenos que son relatados, y procure un equilibrio entre las voces de las mujeres y hombres.
Finalmente, este estudio permite reflexionar sobre la importancia de que estos temas estén presentes en las agendas informativas durante más tiempo que los días que duran las COP, y de que existe más información para que las audiencias exijan mejores acuerdos en los espacios de decisión.
Si quieres conocer más hallazgos, revisa el informe aquí.
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