Nietzsche es un autor que arrasa con todo lo establecido.
Adiós religión.
Hasta luego razón.
Y chiao Sócrates.
Lejos de entender al completo este autor, me voy a permitir el lujo de hablar de algunas de sus ideas. Espero no malinterpretarlas como hizo el nazismo.
Ya en el prólogo de su gran obra Así habló Zaratustra, Nietzsche nos deja ideas como el superhombre o la soledad. Todo ello sazonado con algún palo a la cultura y a la religión. Muy nietzscheano todo.
Cojamos la ola de la soledad.
Lo hablo mucho con David. Soy una persona bastante solitaria. Me gusta pasarme tardes leyendo en mi habitación, pero lo de Zaratustra es otro level. Se pasa diez años aislado en la montaña. Casi nada.
La cosa es que después del aislamiento, baja al pueblo y no le entiende nadie. El profeta siente que no encaja en el rebaño. No encuentra seguidores para sus grandes ideas. No le devuelven ni una mínima parte de todo lo que ofrece.
Se echa una cabezadita y aparece su solución. No necesita nadie que siga sus ideas como un dogma. Lo de tener seguidores no va con él. Quiere personas que se cuestionen las cosas. Necesita compañeros de viaje.
Nosotros no necesitamos meternos diez años en una cueva para darnos cuenta que queremos algo parecido a Zaratustra.
No queremos seguidores que se tomen lo que decimos como una religión. Aunque lo de la religión aquiliana suene bien. Queremos crear un grupo de compañeros de viaje. Un conjunto de personas con pensamiento crítico que sean capaces de cuestionar.
- ¿Y el destino de este viaje? - te preguntarás.
- Nuestro destino es el conocimiento.
- Conocer para navegar por este mundo incierto.
- Conocer para tomar mejores decisiones.
- Conocer para vivir mejor.
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