El 2025 es un año clave para la acción climática. Pero, ¿por qué? Además de cumplirse 10 años de la firma del Acuerdo de París, el acuerdo internacional más importante para abordar el cambio climático, los países deben presentar la actualización de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, o NDC por sus siglas en inglés. En síntesis, las NDC son compromisos nacionales en mitigación y adaptación que los países deben actualizar cada cinco años
Se espera que la tercera ronda de NDC (3.0), con un horizonte temporal a 2035, además de reflejar una mayor ambición respecto de la ronda pasada (NDC 2.0), incorpore los resultados del primer Balance Mundial de la COP28. En particular, el llamado a “llevar a cabo una transición que deje atrás los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de forma justa, ordenada y equitativa”.
Sin embargo, uno de los desafíos que plantea esta nueva ronda de NDC, especialmente para los países del Sur Global, es el financiamiento que permitirá, o no, su efectiva implementación.
Para ofrecerles un poco de contexto, en la COP29, celebrada en noviembre de 2024 en Bakú, Azerbaiyán, se definió la Nueva Meta Colectiva Cuantificable de Financiamiento Climático (NCQG, por sus siglas en inglés). La nueva meta establece la movilización de 300 mil millones de dólares anuales hasta 2035 a partir de diversas fuentes. Esta definición dista de ser suficiente, tanto en lo que respecta a su calidad como a su cantidad.
La experiencia con la meta anterior -100 mil millones de dólares anuales- demostró que no solo el monto importa, sino también el acceso y el tipo de financiamiento, ya que gran parte de estos fondos se han entregado en forma de préstamos. La prevalencia de estos ha generado un aumento de la deuda en países en desarrollo, debilitando sus economías y limitando su capacidad de acción climática. En muchos casos, esto los empuja a intensificar actividades extractivistas para garantizar los pagos de la deuda, agravando la crisis climática y generando impactos negativos en las comunidades y ecosistemas.
Actualmente, de acuerdo con Climate Action Tracker, solo 14 países han presentado la actualización de sus NDCs, lo que deja en suspenso el nivel de ambición que asumirá el resto de los Estados partes.
A solo 25 años del 2050, momento clave para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, no podemos darnos el lujo de quedarnos atrás. Es momento de exigir y construir un futuro sostenible, justo, inclusivo y resiliente.
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