Clarena Fonseca se levanta todas las mañanas y recorre la orilla de la playa para pedirle algo de compasión al mar. Captura algunas fotografías con su celular y toma como referencia los árboles -los mismos con los que jugaba siendo niña- para calcular cuántos centímetros le pertenecen ahora al agua. A esa misma hora llegan algunos pescadores en sus embarcaciones; los escasos que insisten en pescar en esas aguas turbias y eufóricas, y que ya pocos peces tienen.
Un cementerio, una carretera, una alberca y dos casas: esto se ha llevado la avanzada del agua en La Cachaca III, una pequeña ranchería al norte de Colombia. A este fenómeno se le conoce como erosión costera y avanza lento y sin el estruendo típico de una gran catástrofe. Katherin Pérez, economista guajira, indica que en esta región se están perdiendo metros de playa, lo cual podría significar pérdidas económicas de más de doscientos millones de pesos por mes.
“Tpalaamuin” es una palabra en wayunaiki que se refiere a todos los lugares cerca del mar: todos los que se encuentran al costado de la vía troncal del Caribe y han estado históricamente en disputa por parte de las grandes empresas. A esto se le suma ahora los primeros desplazados climáticos, pues algunos pescadores han optado por irse a Bogotá, la capital de Colombia, para trabajar en largas y agotadoras jornadas de siembra y ganar de esta manera lo básico para sus familias.
Con metro en mano, Clarena mide cuánta playa se ha perdido. El valor depende de si hubo huracán o sequía por esos días, pero la velocidad es siempre constante. La importancia de que se mida la erosión con herramientas académicas y especializadas es algo que la comunidad ha solicitado con insistencia a las autoridades ambientales y locales como la Unidad de Gestión de Riesgos. Carlos Busón, geólogo de la Universidad Complutense de Madrid, explica que estos estudios determinarían la solución más efectiva para hacerle frente a la erosión y permitirían conocer también el impacto en ecosistemas estratégicos como manglares, lagunas costeras y playas.
Escucha la historia completa de Clarena y su lucha aquí.
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