Hay personas con las que conectas de maneras que no esperabas desde el primer momento. Eso me pasó cuando conocí a Ash. Cada vez que leo sus textos, sobre todo cuando habla de su abuela, siento que encuentro pedacitos de mí en sus palabras. Desde el principio, supimos que nuestras familias se parecían mucho: historias similares, nuestras tradiciones norteamericanas y cómo comparamos nuestras dinámicas familiares con las de Gilmore Girls.
Pero había algo más profundo que nos unía: nuestras mamás fueron adoptadas. Es algo que siempre supe que compartíamos, y desde ahí creo que ambas hemos podido ver el mundo con una perspectiva especial. La adopción de mi mamá es uno de los regalos más hermosos que la vida me ha dado, y me hace sentir muy afortunada poder compartir esta experiencia con alguien como Ash.
Pero lo más increíble es que, mientras hablábamos más del tema, nos dimos cuenta de que nuestras mamás fueron adoptadas en la misma ciudad… probablemente incluso en el mismo lugar, con muy poco tiempo de diferencia. Así que este dato curioso que comparto con mi chica me hace sentir todavía más cerquita de ella.
En este Día Internacional de la Adopción, quiero celebrar esas conexiones inesperadas, esas historias que te sorprenden y te enseñan que la familia va mucho más allá de lo que pensabas.
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