“Nadie es perfecto“

Todos conocemos la expresión, pero me da la sensación de que siempre hay algún aspecto en el que SÍ nos pedimos perfección.

Por ejemplo, algunos piensan “no tengo una gran carrera, pero mi casa siempre tiene que estar impecablemente limpia”, otros, “nuestros hijos no sacan las mejores notas, pero si no son educados en todo momento, hemos fracasado como padres”, etc.

Esforzarse en mejorar es estupendo y no solo eso: es muy satisfactorio y le da más sentido a nuestras vidas.💪🏻😊

Sin embargo, existe el riesgo de que cuando no cumplimos con todas nuestras expectativas, sentimos que hemos fracasado.

Y SIEMPRE tenemos expectativas increíblemente altas en algún que otro área.

¿En qué te autoexiges un nivel de perfección irrealista tú, ?

En mi caso me he dado cuenta de que me preocupa mucho si mis mensajes y artículos te gustan.
En sí es bueno que intente que gusten, pero yo misma veo que a veces, algunos mails de bloggers de los que normalmente soy incondicional, me interesan menos. 
¿Dejo de seguirlos por eso?

A algunos sí.

Pero en la mayoría de los casos, tras una temporada, vuelvo a notar cómo lo que escriben conecta conmigo.

Y en cualquier caso, que a mi no me entusiasme algo de lo que escriben, no quiere decir que no lo hagan bien; puede no convencerme a mi, pero a muchas otras personas sí.

🌺 Mi invitación esta semana es que reflexiones sobre este tema de la autoexigencia irrealista y que sea cual sea tu conclusión, recuerdes que lo importante es que estés de tu parte: tratarte con amabilidad no es ni debilidad de espíritu ni egoísmo.

Con esto me despido por esta semana.

Espero que pases un fin de semana estupendo,

PD: El último artículo del blog quizá puede ayudarte a tomar más conciencia de las cosas como son, sin las “gafas” de la exigencia irrealista que a veces tenemos puestas cuando nos miramos a nosotros o a lo que vivimos: