La expectativa para la COP30 en Belém, que será la primera en la Amazonía, ya era grande incluso antes del inicio de la edición de este año, que tuvo lugar en Bakú, Azerbaiyán. Con los débiles resultados de la COP29, ha aumentado la presión para que la conferencia que se celebrará en Brasil sea “histórica”.
La secretaria nacional de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) de Brasil, Ana Toni, afirmó que las negociaciones en Bakú dejaron una “tarea bastante robusta y difícil". El país se prepara para ejercer su liderazgo diplomático, respaldado por un historial de buenas relaciones. Sin embargo, el desafío crece, ya que los esfuerzos de acción climática global han sido insuficientes.
Una de las expectativas es la presentación de los resultados del programa de trabajo EAU–Belém sobre la Meta Global de Adaptación. El objetivo es desarrollar indicadores aplicables para evaluar las acciones de adaptación, un tema relevante para América Latina. El texto final de Bakú propone un máximo de 100 indicadores aplicables a nivel global.
Otras discusiones que la COP en la Amazonía deberá enfrentar son la inclusión de los pueblos indígenas y una mayor presencia de la sociedad civil. La Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña presentó una solicitud para que la copresidencia de la COP30 sea ocupada por una persona indígena.
Brasil también tendrá la tarea de dar los próximos pasos en la discusión sobre una “transición para lejos de los combustibles fósiles”, acordada en la COP28. Fue la primera vez que los combustibles fósiles se mencionaron directamente, y hasta ahora la única, ya que en la COP29 no hubo mención directa. Aquí surge una de las principales contradicciones de Brasil, ya que el país, a pesar de reclamar para sí el liderazgo en la transición energética, sigue incentivando la producción de petróleo y gas.
Para febrero de este año se espera que los países entreguen sus NDC (Contribuciones Nacionalmente Determinadas, por sus siglas en inglés), que son los compromisos climáticos que incluyen la reducción de emisiones de gases contaminantes.
Sobre la preparación, Toni declaró que “si es necesario organizar reuniones con todos los países sobre temas específicos, más allá de la reunión del SB60 en Bonn, en junio, tendremos que hacerlo”. Ante todo el simbolismo de una COP en la Amazonía, queda la tarea de preparar un ecosistema fértil para las discusiones, al igual que la floresta, anfitriona de esta edición.
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