SALUD, DINERO Y VIDA SALVAJE
En Vietnam, tener un cuerno de rinoceronte en casa es símbolo de poder, algo de lo que alardear entre las clases altas. En China y Taiwán, los caballitos de mar disecados son utilizados como remedio para varias enfermedades. Y, en buena parte del mundo, los coleccionistas de orquídeas admiran las formas y colores de sus flores sin preguntarse de dónde han salido.
¿Por qué seguimos comprando ilegalmente especies salvajes o productos derivados de ellas? Lo hacemos por cinco razones, tan básicas como complejas: necesidades prácticas (como las médicas), dinero, prestigio social, disfrute personal y motivos espirituales. Es decir, casi por las mismas razones por las que consumimos cualquier otra cosa.
Tal como señalan los autores de esta clasificación, tanto los productos que forman parte de las redes de comercio ilegal de vida salvaje como los clientes y sus motivaciones son increíblemente diversos. Comprender las razones detrás del consumo es el primer paso para lograr cambiar ciertos hábitos y costumbres muy arraigadas. Solo así, sostienen los investigadores, se podrá reducir la demanda y empezar a desmontar el tráfico ilegal de seres vivos.
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