1 de junio de 2022
Al finalizar esta primera fase del proceso de escucha y consulta de este sínodo, queremos tomarnos un momento para decir: ¡Gracias!
Gracias por intentar a usar el poder de la escucha. El poder transformador, sanador y generador de la escucha. El poder de la escucha para construir la conexión y la comunidad.
Cuando el Papa Francisco celebró la misa de apertura para iniciar el sínodo sobre la sinodalidad el pasado mes de octubre, dijo que Jesús "nos revela que Dios no habita en lugares asépticos, en lugares tranquilos, lejos de la realidad, sino que camina a nuestro lado y nos alcanza allí donde estemos, en las rutas a veces ásperas de la vida".
Gracias a nuestros más de 75 animadores sinodales que respondieron al llamado de crear encuentros locales de escucha sinodal como parte de nuestro trabajo a través de Diáconos en Discernimiento. De febrero a mayo organizaron, facilitaron, tomaron notas y participaron en consultas sinodales en parroquias, escuelas, universidades, centros de retiro y virtualmente, alcanzando a más de 2800 personas colectivamente. Les agradecemos por haberse esforzado especialmente en llegar a aquellos que a menudo se encuentran en la periferia de las estructuras institucionales de la Iglesia Católica: estudiantes de secundaria y universitarios, mujeres, inmigrantes, ancianos, católicos LGBTQ, personas de la comunidad sorda, veteranos, nuestros hermanos y hermanas cristianos, católicos latinos/negros/asiáticos y mucho más. También queremos dar las gracias a las casi 200 personas que participaron en las consultas nacionales de Discerning Deacons en mayo.
Juntos nos dedicamos a escuchar las alegrías y los obstáculos de los demás en nuestro camino junto a la Iglesia, y a discernir las formas en las que el Espíritu Santo puede impulsarnos a mejorar las maneras en las que podemos caminar juntos hacia el tercer milenio.
Muchos de ustedes nos han dicho que el hecho de reunirse en consultas sinodales, de escucha, de reflexión y de oración ya ha generado nuevas esperanzas, un saneamiento y experiencias de conexión y comunidad.
Estamos leyendo y recibiendo sus esperanzas, sueños y pensamientos sobre cómo el Espíritu Santo nos invita a seguir caminando juntos como pueblo de Dios. Por favor, recen por esta próxima fase del trabajo de discernimiento y síntesis de todo lo que se ha compartido. Presentaremos nuestro informe a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos antes del 30 de junio y lo haremos público.
Por otra parte, estamos profundamente agradecidas por el reciente nombramiento del obispo Robert McElroy de San Diego como cardenal por parte del Papa Francisco. Monseñor McElroy lidera con corazón de pastor muchos temas complejos que piden un sabio discernimiento, incluyendo la posible restauración de las mujeres al diaconado. Y la proximidad de San Diego a Tijuana, México, incrementa también el testimonio de las injusticias que ocurren en la frontera y que exigen nuestra atención y defensa pastoral.
Al acercarnos a Pentecostés, sé que muchos de nuestros corazones se rompen por las familias padeciendo un sufrimiento incalculable en Buffalo y Uvalde. Que el espíritu de Dios se derrame entre todos los fieles, llenando nuestros corazones de la valentía y la vulnerabilidad necesarias para afrontar estos tiempos.
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