¡Buenos días, profe! 👋 ¿Cómo estás?
Estoy notando algo raro con el boletín estas dos últimas semanas atrás. Puede ser que no os haya llegado el de el finde pasado o el anterior. Si es así, poneos en contacto conmigo, porfa.
Os soy sincero, me gusta mucho escribir este boletín cada semana. Es verdad que a veces se me echa el tiempo encima y el domingo por la mañana todo son prisas para redactar y plasmar por aquí todo lo que he ido guardando y escribir las pequeñas reflexiones.
Estoy intentando cambiar la forma de proceder. En todas las ediciones anteriores recopilaba todo lo que pasaba en la educación de un sábado al otro, por ello la escribía domingo. Ahora, estoy comenzando a escribirla el viernes por la tarde o el sábado por la mañana, incluyendo en el boletín el contenido que recopilo de viernes a viernes.
¿Por qué? Una sencilla razón. Más tiempo y calma para reflexionar. Como verás, a veces comparto fallos que realizo en clase y que se me ocurren tras la reflexión posterior o cuando veo a algún compañero por redes que ha hecho algo parecido pero mucho mejor. El reflejarlo aquí supone que previamente haya pensado sobre ello, buscado soluciones y en un futuro mejorarlo. Es decir, escribir este boletín me sirve como un proceso de mejora profesional increíble. Más aún porque me obliga a ver lo que comparten compañeros y compañeras.
Esto entraría dentro de lo que podría llamar "Analítica de la docencia". No sé si este término existe, pero me gusta para reflejar este proceso. El que sí que existe, y yo no lo conocía, es "Analítica del aprendizaje", un tema complejo del que hablaremos esta tarde en el Edu-Coloquio que estará moderado por el gran Profe Carlos Espinoza (@ProfeCarlos67). ¡Únete al grupo de Telegram!
Todo análisis, todo dato sirve para mejorar un proceso ya realizado. Se dice que sin datos no hay mejora, por ello la importancia de elementos como la evaluación.
¡Vamos al lío!
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