La reforma tributaria de 2016 gravó a las cooperativas con 20% en renta, algo que el sector considera insólito.
El cooperativismo nacional se ha fijado como meta un desarrollo similar al que existe en otros países. Consiste en permitir que las entidades del sector tengan carácter de verdaderas empresas y, por ende, vehículos de emprendimiento —como cualquier SAS—. Y que las personas jurídicas puedan constituir cooperativas de segundo piso y actuar como podría hacerlo cualquier clúster. Esas son cosas de trámite común en otras latitudes, pero no en Colombia.
Aquí las normas y el propio Estado se habrían convertido en las grandes cortapisas para el crecimiento del sector solidario. En reciente Congreso Nacional Cooperativo, organizado por Confecoop en Cartagena, el sector se quejó por el trato de cenicienta que ha recibido por años. Algo que podría dar un giro radical si cumple sus promesas el presidente Iván Duque, que en su paso por el BID se acercó al tema. Ver más
Fuente: Revista Dinero
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