Costa Rica está pasando por un momento tenso en su transición energética y compromiso ambiental. Actualmente, la perforación para la exploración y explotación de petróleo está prohibida, mediante un decreto presidencial, hasta el 2050. Sin embargo, el presidente de la república, Rodrigo Chaves, está considerando levantar este decreto porque un estudio de hace 26 años señala que existe un potencial de 3.215 millones de barriles de petróleo y gas natural.
Costa Rica produce el 99% de su electricidad con fuentes renovables, sin embargo, el transporte es su talón de Aquiles. Los expertos proponen al hidrógeno verde (H2V) como el combustible que puede solucionar este tema, mientras que los defensores del gas natural aseguran que este sería el camino adecuado para una transición energética.
Sin embargo, el H2V tiene avances más actuales, además Costa Rica ya ha desarrollado una estrategia para incorporarlo a su economía, pero la ventaja más grande es la capacidad del país para generar energía eólica y solar.
Esto representa una gran oportunidad para producir hidrógeno verde económicamente, por eso los expertos consultados aseguran que el país debe fijar su norte en el H2V y no en el gas natural.
Por otro lado, Irene Cañas la expresidenta del Instituto Costarricense de Electricidad, señala que aun si se convierten todos los motores de combustión interna a gas natural, no hay suficiente mercado para este combustible debido al reducido tamaño de la población. E incluso Franklin Chang, ex astronauta y CEO de Ad Astra Rocket, asegura que el H2V sí es capaz de soportar la flotilla vehicular e incluso de exportarlo.
Mientras que si Costa Rica desea exportar gas natural, los resultados se verían en un largo plazo y requerirá una inversión de más de 100 millones de dólares junto con los daños ambientales que esto cause. Esto sin tomar en cuenta que ya otros países tienen mucha más experiencia que Costa Rica en este mercado.
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