La política hasta en el agua
El 7 de febrero, en uno de los noticiarios televisivos más importantes de México, José Luis Luege, el exdirector de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) dijo: “Seguramente hacia abril habrá muy poca disponibilidad de bombear agua hacia la zona metropolitana”. Esta área comprende la capital del país: la Ciudad de México (CDMX) y el estado contiguo, el Estado de México (Edomex).
Los días siguientes, los titulares en múltiples medios estuvieron repletos del “Día Cero”. Este concepto es básicamente el día en el que el suministro de agua se reduce o termina, y la disponibilidad del agua comienza a ser racionada. De hecho, se mencionaban los días e incluso las horas que faltaban para que eso sucediera.
“Está garantizado el servicio de agua potable para los habitantes de la Ciudad de México, no hay ninguna situación de emergencia”, afirmó el jefe de gobierno de la capital, Martí Batres, el 20 de febrero. Y continuó: “Los que tienen una situación de emergencia son los de la oposición conservadora, traen una emergencia porque va avanzando el tiempo (...) y no es que no les caiga agua, es que no les caen votos”.
¿De dónde entonces salió el “Día Cero”?
En la entrevista con Luege que duró más de ocho minutos no se mencionó el concepto. Pregunté a CONAGUA si había algún comunicado oficial sobre el “Día Cero” pero tampoco. Los medios de comunicación viralizaron el concepto; sin embargo, esto ha colocado la crisis hídrica en la discusión pública.
Porque, en efecto, México tiene 60% de los municipios con sequía severa. Ocho de los 32 estados del país tienen sequía excepcional (la categoría máxima) y las precipitaciones anuales del año pasado disminuyeron. En 2023 llovió en promedio 590 mm, mientras que los cuatro años anteriores la cifra había rondado más de 700 mm y para el 2018 eran 800mm.
Pero el Día Cero se centra en la CDMX y Edomex. Me enfocaré, por la complejidad del tema, únicamente en la CDMX.
El agua en perspectiva
Sí, es cierto que las noticias se han enfocado en hablar del Sistema Cutzamala, uno de los sistemas de abastecimiento más complejos del país conformado por siete presas. Hoy presenta los niveles de agua más bajos desde que se tiene registro. Desde octubre del año pasado, autoridades redujeron el abastecimiento del agua en la CDMX y el Edomex un metro cúbico por segundo.
Además, es muy caro bombear y transportar agua del Cutzamala recorriendo los más de 200 kilómetros para que llegue al Valle de México. El costo de la energía eléctrica para lograrlo es de más de 3 millones de pesos mexicanos anuales. Se ha calculado que es la misma cantidad que paga Puebla, otro estado aledaño, a la CDMX por consumo eléctrico.
Pero aquí es donde hay que ponerle perspectiva a la situación. La principal fuente de abastecimiento de agua en la capital del país no es el sistema Cutzamala, éste representa el 18%. La mitad del agua que consumen los 22 millones de habitantes de la CDMX provienen de pozos. Se perforan los mantos acuíferos y se extrae el recurso hídrico.
La crisis del agua la tenemos tocando a la puerta por donde volteemos. Los mantos acuíferos también experimentan niveles más bajos y, además, crean otro problema: el hundimiento de la ciudad. Desde los años 20 y 30 se determinó que extraer el agua subterránea provocaba ese efecto, fue entonces que se pensó transportar el agua del sistema Cutzamala y el Lerma para solucionar el problema. Claro, creando otros más.
Otro problema adicional: los microsismos. Desde diciembre de 2023 hasta enero de este año hubo 23 sismos de entre 1.1 y 3.2 de magnitud que afectaron viviendas de dos alcaldías de la capital. Científicos del Instituto de Ingeniería de la UNAM anunciaron una hipótesis aún por confirmar: la reactivación de una falla tectónica se debió a la tensión en la región y posiblemente al hundimiento del Valle de México, “así como a la recarga del acuífero en la Sierra de las Cruces”, otra fuente de abastecimiento de la CDMX y Edomex.
El Día Cero es hoy
Si bien este concepto se usó para fines políticos, lo cierto es que i) la cantidad del recurso hídrico ha disminuido, ii) los pronósticos meteorológicos apuntan a que habrá menos lluvias y más calor y, ii) si se quiere atender el problema, es crucial disminuir la extracción del agua subterránea. Es aprovechable esta coyuntura para racionar el recurso, pero también para exigir diversificar las fuentes de abastecimiento. Por ejemplo, proyectos de recolección de agua pluvial.
El Día Cero es hoy porque sin acciones concretas ni homologadas el suministro de agua seguirá en escasez y lo cierto es que este recurso es finito.
En este panorama electoral, tal vez es momento de examinar las propuestas de soluciones a estas crisis hídricas. Casi 70% del agua de la capital del país tiene un uso urbano y las ciudades consumen gran parte de los recursos naturales. Con esto en mente, será más fácil identificar falsas soluciones o propuestas inviables por parte de quienes estarán al mando los siguientes seis años.
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